Como navegar los cambios
- Mariel Oddino
- 26 may 2020
- 2 Min. de lectura
Tod@s alguna vez en nuestras vidas sentimos la necesidad de cambiar algo.
Un vínculo no tan amoroso, un hábito no tan saludable, un trabajo que no nos satisface, un lugar que ya no es nuestro.
Quizás a veces somos conscientes que necesitamos cambiar pero ,otras, no tanto. Y entonces, malestares físicos, insatisfacciones, quejas reiteradas o crisis personales vienen a decirnos “eso” que no queremos ver o escuchar.
Desde ese ser lingüístico que somos enunciamos :“no doy más” “me cansé de esto” “quiero cambiar” “no aguanto mas” y otras tantas frases.
Ahora bien, solo enunciar algo no es garantía que esto se logre: para cambiar o transformar situaciones hay que querer hacerlo.
Somos expert@s en diseñar excusas, sabemos que esos cambios pueden generarnos bienestar, modificar nuestro estado de ánimo cotidiano, renovarnos las energías. Sin embargo, seguimos obstinados en negar y re-negar. Seguimos responsabilizando al mundo de nuestros no –cambios.
Quiero compartirte algunas ideas para “habitar LOS CAMBIOS “ y no naufragar.
El deseo de cambiar tendrá que ser acompañado por un silenciarse ,por un mirar hacia adentro, y por un estar atentos a las señales que nuestro maravilloso ser nos envía constantemente :cuando hay malestares recurrentes ante una situación, cuando la angustia o tristeza frente a determinadas relaciones son la constante que nos une ,cuando el displacer es moneda corriente en nuestro cotidiano vivir, algo no está funcionando como debería. El primer motor de cambio será entonces animarse a entrar en ese conflicto entre lo que soy y lo que definitivamente deseo ser.
Una interesante y esperanzadora mirada nos la da la Ontología del lenguaje desde donde se postula que siempre…absolutamente siempre está la posibilidad de cambiar. Nadie es de una forma cerrada, inmutable , imposible de modificar y esto,sin dudas, nos permite ganar dominio sobre nuestra vida y desempeñar el papel activo y protagónico en el diseño del ser en el que quisiéramos convertirnos.
Bajar el volumen a esa voz interna que cuestiona “soy capaz”? , “Valdrá la pena hacerlo”? ,”ahora vas cambiar ?con la edad que tenes”,Si siempre hiciste eso ¿qué vas a inventar?.
Empezar a enunciar para nuestro adentro y afuera los: “y por qué no yo?” “merezco estos cambios” “quiero” “deseo” “necesito” .
Necesitaremos saber también que en todo cambio habrá pérdidas y ganancias. Asumir y reconocer las primeras ; celebrar y agradecer infinitamente las segundas.
Cambiar en muchas ocasiones significa aprender y no ya desde esa idea escolarizada de repetir conceptos, de obtener conocimiento o de poseer la información correcta sino aprender como posibilidad genuina de descubrir, de inventar, de producir pero también de reflexionar y modificar. Si deseo iniciar un nuevo emprendimiento comercial quizás tenga que aprender habilidades y recursos que este requiera. Si quiero modificar hábitos o conductas aprenderé nuevas formas de auto-conocimiento, si deseo comenzar una nuevo vinculo o relación necesitaré preguntarme que quiero y como implementarlo. Recuerda que: “si no lo sabes puedes aprender”. “Si no puedes solo , puedes pedir ayuda” (esto también se aprende).
Habrá que saber también que aparecerán momentos de confusión, de incertidumbre, pero también de sorpresa, aventura, des-cubrimiento y esa mixtura de momentos hará que salgamos de la zona de confort, atravesemos la brecha de aprendizaje y triunfantes lleguemos a esa zona que desde el coaching llamamos Mágica.

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